CAP III:
Ya había transcurrido media
hora en aquel carro. ChangMin seguía adolorido. Y JaeJoong a su lado mirándolo
con preocupación.
En el trayecto iban subiendo
más prisioneros. Toda esa gente sería luego víctima de aquel genocidio.
-ChagMin, ¿estás bien? –dijo
JaeJoong viendo a su compañero dormir.
-Jae.. sí estoy bien…
Descansa... –respondió ChangMin medio dormido.
-ChangMin…
Y la caravana de la muerte
llegó a un lugar a las afueras de Berlín. JaeJoong vió por una pequeña ventana
rieles de tren… Sabía lo que les esperaba…
-¡Bajen! –ordenó un oficial
Y empezó la lenta marcha a
los confines del infierno.
De pronto se oyó un grito…
Era la mujer embarazada quien rogaba por que la dejen libre. El niño que
llevaba en sus brazos lloraba. La mujer gritaba clemencia y se aferraba a las
barandas del carro… En eso un oficial subió, le sonrió tiernamente.
Se oyó un disparo y todos
voltearon asustados. La mujer yacía en el suelo con un agujero sangrante en la
frente… El niño lloraba más fuerte.
-¡Cállate! –y el niño cayó
al piso en las mismas condiciones que su madre.
-¡Avancen! –ChagMin avanzó
al oír el grito del oficial.
JaeJong se quedó ahí parado,
observando al soldado.
Y sus miradas se
encontraron… Y JaeJoong vio en esas pupilas marrones una maldad temible, pero
también demasiada soledad…
El oficial se dirigió hacia
él. El joven se paralizó.
-Avanza- dijo con total
tranquilidad.
ChangMin jaló a su compañero
y lo bajó del carro.
Una vez abajo la pareja vio
una multitud que era obligada a subir a los vagones. Vagones que llevaban carga
de miseria humana. Los pastores alemanes, la raza de perro que miraba a la
multitud mostrando sus fauces, esperando a que sus dueños les soltaran las
cadenas para ir a destrozar la frágil carne humana.
Y en eso los dos enamorados
fueron mezclados con la multitud y obligados a subir en los vagones como si
fueran mercancía, objetos sin vida, trozos de carne.
JaeJoong subió primero,
empujado por la multitud que deseaba ir con sus parientes.
-¡ChangMin! ¡ChangMin!
¡Sube! –dijo el joven extendiéndole la mano a su compañero.
ChangMin subió
inmediatamente, haciendo un gran esfuerzo.
Y las puertas fueron
cerradas por los soldados.
Adentro era oscuro, La gente
intentaba acomodarse como sea para hacer el viaje algo más llevadero. Una mujer
lloraba en una esquina. Su joven hijo la había defendido y los oficiales con
toda la calma le dispararon, dejando la carne abierta.
ChangMin logró sentarse y a
su lado estaba Jae… aquel muchachito de mirada traviesa que había conocido en
el parque.
-JaeJoong –susurró ChangMin.
¿estás bien?
-ChangMin… Yo… lo siento
mucho…
-Duerme ¿sí? Acomódate y
duerme..
JaeJoong se acomodó y poco a
poco su mente viajó a aquel día que conoció al muchacho que estaba sentado a su
costado. Recordó en sueños, la primera mirada traviesa que le dedicó al chico
de gorra azul. Y cómo sus hermanas lo dejaron por ir a ver un vestido. Y cómo el chico se acercó a él y comenzaron a
hablar. Hablaron mucho y sus pasos les llevaron a un café y ahí siguieron
hablando como dos buenos amigos. Y luego, al darse cuenta de que ya era noche,
cómo él acompañó a JaeJoong hacia su casa… Con la excusa de que “Un ser tan
bello no debe andar a estas horas solo”.
-ChangMin… te amo –susurró
JaeJoong en sueños.
-Yo también Jae…
Pero ChangMin cada vez
estaba peor… Sentía un dolor punzante en su estómago y sabía que no duraría
mucho en ese lugar. El se iría y escaparía, mientras JaeJoong tendría que
sobrevivir… Era injusto… Daría lo que fuera por vivir al lado Jae, para
ayudarlo a no quebrarse, a no llorar y a sobrevivir.
FIN CAP III
T_______________________T
ResponderEliminarQue hombre tan malo ;_;
Espero realmente todos logren salir de allí ;_;