YunJae Sarang

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amor yunjae

sábado, 11 de febrero de 2012

AMOR EN TIEMPOS DE GUERRA CAP III


CAP III:

Ya había transcurrido media hora en aquel carro. ChangMin seguía adolorido. Y JaeJoong a su lado mirándolo con preocupación.
En el trayecto iban subiendo más prisioneros. Toda esa gente sería luego víctima de aquel genocidio.
-ChagMin, ¿estás bien? –dijo JaeJoong viendo a su compañero dormir.
-Jae.. sí estoy bien… Descansa... –respondió ChangMin medio dormido.
-ChangMin…
Y la caravana de la muerte llegó a un lugar a las afueras de Berlín. JaeJoong vió por una pequeña ventana rieles de tren… Sabía lo que les esperaba…
-¡Bajen! –ordenó un oficial
Y empezó la lenta marcha a los confines del infierno.
De pronto se oyó un grito… Era la mujer embarazada quien rogaba por que la dejen libre. El niño que llevaba en sus brazos lloraba. La mujer gritaba clemencia y se aferraba a las barandas del carro… En eso un oficial subió, le sonrió tiernamente.
Se oyó un disparo y todos voltearon asustados. La mujer yacía en el suelo con un agujero sangrante en la frente… El niño lloraba más fuerte.
-¡Cállate! –y el niño cayó al piso en las mismas condiciones que su madre.
-¡Avancen! –ChagMin avanzó al oír el grito del oficial.
JaeJong se quedó ahí parado, observando al soldado.
Y sus miradas se encontraron… Y JaeJoong vio en esas pupilas marrones una maldad temible, pero también demasiada soledad…
El oficial se dirigió hacia él. El joven se paralizó.
-Avanza- dijo con total tranquilidad.
ChangMin jaló a su compañero y lo bajó del carro.
Una vez abajo la pareja vio una multitud que era obligada a subir a los vagones. Vagones que llevaban carga de miseria humana. Los pastores alemanes, la raza de perro que miraba a la multitud mostrando sus fauces, esperando a que sus dueños les soltaran las cadenas para ir a destrozar la frágil carne humana.
Y en eso los dos enamorados fueron mezclados con la multitud y obligados a subir en los vagones como si fueran mercancía, objetos sin vida, trozos de carne.
JaeJoong subió primero, empujado por la multitud que deseaba ir con sus parientes.
-¡ChangMin! ¡ChangMin! ¡Sube! –dijo el joven extendiéndole la mano a su compañero.
ChangMin subió inmediatamente, haciendo un gran esfuerzo.
Y las puertas fueron cerradas por los soldados.
Adentro era oscuro, La gente intentaba acomodarse como sea para hacer el viaje algo más llevadero. Una mujer lloraba en una esquina. Su joven hijo la había defendido y los oficiales con toda la calma le dispararon, dejando la carne abierta.
ChangMin logró sentarse y a su lado estaba Jae… aquel muchachito de mirada traviesa que había conocido en el parque.
-JaeJoong –susurró ChangMin. ¿estás bien?
-ChangMin… Yo… lo siento mucho…
-Duerme ¿sí? Acomódate y duerme..
JaeJoong se acomodó y poco a poco su mente viajó a aquel día que conoció al muchacho que estaba sentado a su costado. Recordó en sueños, la primera mirada traviesa que le dedicó al chico de gorra azul. Y cómo sus hermanas lo dejaron por ir a ver un vestido. Y  cómo el chico se acercó a él y comenzaron a hablar. Hablaron mucho y sus pasos les llevaron a un café y ahí siguieron hablando como dos buenos amigos. Y luego, al darse cuenta de que ya era noche, cómo él acompañó a JaeJoong hacia su casa… Con la excusa de que “Un ser tan bello no debe andar a estas horas solo”.
-ChangMin… te amo –susurró JaeJoong en sueños.
-Yo también Jae…
Pero ChangMin cada vez estaba peor… Sentía un dolor punzante en su estómago y sabía que no duraría mucho en ese lugar. El se iría y escaparía, mientras JaeJoong tendría que sobrevivir… Era injusto… Daría lo que fuera por vivir al lado Jae, para ayudarlo a no quebrarse, a no llorar y a sobrevivir.
FIN CAP III