CAP V
El soldado los condujo malhumorado hacia la
oficina. Pasaron x lugares horribles viendo el trabajo sobrehumano que hacían
los capturados. Llegaron, luego, a un horno gigante que emitía olor a carne
quemada. Ambos enamorados palidecieron cuando vieron los crematorios y una
serie de cadáveres esqueléticos amontonados a su alrededor.
Entraron a un lugar donde no
escuchaba nada, donde el silencio era el ruido. En seguida, los amantes cayeron
en cuenta que habían entado a las oficinas.
El soldado los guió hasta una oficina ubicada en un pasillo oscuro. En
la puerta se leía “Coronel Jung”.
-Esperen acá, basuras.
Pero no hubo mucho que
esperar. El coronel estaba en el pasillo. Abrió la puerta y entró primero. Se
sentó cómodamente en su silla y les indicó a sus compatriotas que pasen.
-Tú –indicó a ChangMin-. Te
vas a seleccionar los clavos, un trabajo fácil.
-Gracias, mi coronel…
-Tú –miró a JaeJoong-.
Vienes a mi mansión que está n el
pueblo.
-Pero, señor… yo…
-¿Estás contradiciéndome?
–preguntó calmo Jung-. Aquí no eres nada más que un prisionero. Te puedo
disparar en la sien si es que no obedeces mis órdenes.
-¡Señor! ¡JaeJoong estará
gustoso de servirlo! –exclamó ChangMIn.
-Pero.. Chang…
-Esta decidido. Firmaré este
papel para que te transfieran a Utilería. Tú –miró a JaeJoong-. Me acompañas
ahora.
-Pero.. señor… _JaeJoong
hacía todo lo posible para no separarse de su novio.
-¡Mierda! –vociferó el
coronel-. Una negativa más y los mato a ambos.
-¡No, señor! ¡Por favor!
–ChangMin se arrodilló ante Jung-. JaeJoong ira con usted, señor. Jae.. anda..
JaeJoong derramó gruesas
lágrimas al verse separado de su ángel. Miró por ultima vez a ChangMin, quien
sonreía como cuando se conocieron. Sabía que ésta sería la ultima vez que lo
vería.
Captor y capturado salieron
por una puerta aledaña. Ahí había un carro esperándolos. El coronel Jung subió,
una vez que el chofer le abriera la puerta. JaeJoong qusio subir, pero Jung lo
miró furioso cuando el joven se asomó por la puerta del auto.
-Tú, anda con los muebles.
JaeJoong obedeció. Caminó
hacia atrás del auto, donde había un camión que llevaba varias cosas. Subió con
pesar al camión. Acomodándose entre las cosas que habían.
El auto en el que iba Jung
partió y con este el camión.
JaeJoong quería evitar
llorar. Era imposible que lo hubieran separado de Min. Pero, ¿por qué el
coronel los separó? ¿Y qué hacía llevándolo a su mansión? ¿Por qué no le
permitió quedarse con su amado?
Esas preguntas rondaban en
la cabeza del joven prisionero y asi sin darse cuenta, llegaron al pueblo, un
hermoso lugar alejado de todo el martirio. El no podía creer que cerca a ese
pueblo tan apacible hubiera un campo de exterminio.
Entonces el camión paró. Jae
se sorprendió al ver la hermosa mansión que estaba ahí. Era digna de llamarse
una mansión alemana.
Vió que el coronel bajaba
del auto. Salto del camión y se puso a su costado, esperando alguna orden.
Pero el coronel no le decía
nada. Sólo indicaba a sus sirvientes donde deberían de poner tal mueble,tal
jarrón, tal cuadro. Pero a Jae no le pedía nada.
-¿Señor? ¿Le puedo ayudar en
algo? –pregunto el prisionero.
-Margaret, ven por favor.
Lleva a este joven a un cuarto. Que este en el quinto piso. –Jung le habló a
una anciana de mirada dulce.
-Si señor. Joven por aquí.
–indicó la ama de llaves llevándose a JaeJoong.
Y el joven vio como se
cerraban las puertas de la mansión.
FIN CAP